CONTROL DE PLAGAS DE PROCESIONARIA DEL PINO
La procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa) es el defoliador mas importante de los pinares españoles. Pero no solo afecta al crecimiento del pino (en ataques graves incluso puede llegar a provocar la muerte del árbol), sino que tiene una gran importancia sanitaria: los estados larvarios (orugas) poseen en los pelos que recubren todo su cuerpo una sustancia irritante que puede causar graves problemas alérgicos a la población, en especial a los niños. Los animales de compañía pueden llegar a morir en caso de ingestión de estas orugas.
En la población la alarma aparece cuando las orugas descienden para enterrarse, pues es la época en la que se producen las mayores afecciones cutáneas en las personas y animales que entran en contacto con ellas o con sus pelos urticantes, que se dispersan por el aire. Pero por las características de ciclo biológico, debe realizarse un segundo tratamiento en el otoño contra los primeros estadios larvarios. Para hacerlo de la manera adecuada es necesario disponer de cañones pulverizadores que alcanzan gran altura, empleándose insecticidas biológicos específicos contra las larvas de esta especie. Se evita, de esta forma, la eliminación de insectos beneficiosos y la acumulación de productos químicos en el medio ambiente. Otra ventaja importante consiste en que la muerte de las orugas se produce cuando todavía no han tenido tiempo de afectar al árbol.
Para realizar estos tratamientos de manera eficaz se requiere conocer el momento idóneo para, actuar (dependerá de la zona geográfica y de las temperaturas) y disponer de personal especializado y de las técnicas de aplicación adecuadas.
El daño característico que produce la Procesionaria es la defoliación que generalmente no mata al árbol pero si lo puede debilitar en gran medida facilitando así el ataque por parte de otros enemigos. Además los estados inmaduros de la procesionaria (orugas), poseen pelos urticantes que dispersan cuando son molestadas produciendo irritación en piel y mucosas. Además los estados inmaduros de la procesionaria (orugas), poseen pelos urticantes que dispersan cuando son molestadas produciendo irritación en piel y mucosas. En CTS NORTE realizamos dos tipos de tratamientos para resolver el grave problema causado por estas plagas:
En primavera (para evitar que las orugas desciendan desde el árbol al suelo)
En otoño (para evitar la formación de los bolsones de invierno)